La diplomacia que los políticos nacionales desarrollan en los distintos hemiciclos, ya sean autonómicos, nacionales e incluso provinciales, nada tiene que ver con la vehemencia con la que en pueblos más pequeños hacen de sus sesiones plenarias, una lucha por nada.
Vemos como entre los altos cargos de los partidos políticos, hay enfrentamientos, discusiones, acaloramientos hasta llegar a pensar que llegaran los antidisturbios, pero se queda en eso, en un juego de estrategias donde cada uno sabe que de ahí no pasará.
Son muchas las falacias, errores en el razonamiento o la argumentación, que nos envuelven día a día. No es nuevo que desde anuncios, debates políticos e ideológicos a todo tipo de argumentaciones aparezcan, se difundan y extiendan.
Hay un lugar donde puedes alejarte de todo, sin ir lejos. Ese lugar no tiene grandes cascadas de frías aguas cristalinas. Tampoco tiene interminables prados verdes salpicados de pequeñas flores multicolores.
Tal vez llegue el dia en que me canse de oir, o leer, que alguien nos llame “hooligans”, cuando la evolución humana se ha olvidado de la existencia de ese alguien. Quizás sea ese el problema, que no consigue asimilar que aunque su espalda está recta, su mente sigue torcida.
Hoy no voy a hablar de ninguna historia ni nada, hoy voy a ir directamente a ti.
A ti que me lees, que dedicas cinco minutos de tu tiempo para abrir mi blog y leer. A veces opinas. Unas veces te gusta y otras no te gusta, porque opinas diferente... eso me encanta... tu opinión y la mía.
Dicen que no se puede hablar o actuar en caliente, ya se sabe, cuándo se puede decir algo que quizás no es correcto y se puede dañar a alguien, en ese momento es mejor guardar silencio.
Pero cuando se piensa y se razona la situación, el comentario o la actuación, ya nos podemos permitir el lujo de hablar, o escribir como en este caso.